domingo, 18 de enero de 2009

Las aventuras de Dick (3ª y última parte)

La noticia de la detención del trampero nos la dio nuestro querido amigo Chema, el guardabosque de la zona, que era un chico muy joven que vino este verano para sustituir a Navarro, el antiguo guarda.
Yo no comprendía como las personas podían hacer cosas así, como poner trampas y se lo dije a Chema. Él me explicó que no todas las personas vivían como yo, sin preocuparme de que comeré o donde dormiré mañana. Algunas personas se ven obligadas a hacerlo para vivir. Él lo explicaba todo tan bien que me quedé convencida de ello y lamenté que tuvieran que llegar a esa situación. Pero Chema me dijo que aun se llegaba a hacer cosas peores.
-¿Peores? - pregunté yo pues no concebía cosas peores que hacer sufrir de esa manera a un animal o hasta una persona...
-Si, Gabi- me contestó- cosas peores ¿me parece que voy a tenerte que explicar muchas cosas? No es bueno que no te enteres de lo que pasa en el mundo. Hay que ser conscientes del mundo- me siguió explicando Robín.
Yo no sabía que decir o pensar. A decir verdad no lo entendía muy bien.
-Bueno, ya hemos llegado a mi cabaña. ¡Hasta luego, Gabi!- dijo Robín
-¡Hasta luego! -le contesté.
Al regresar al cortijo fui pensando en que no me interesaba lo que pasara en el mundo, que como decía mi padre no es nada necesaria la televisión, ni la radio pues se podía hacer cosa mejores que ver la televisión como un autómata. Y esto no quería decir que fuéramos unos egoístas sino que ya sabíamos lo que pasaba en el mundo y nosotros haríamos lo posible por remediarlo. Aunque a veces dudaba de ello, porque lo que pasa en el mundo lo sabrá él, porque yo no tenía ni idea y los compañeros y maestros de la escuela, a veces, comentaban programas muy interesantes.
Cuando llegué a casa, lo de siempre: a estudiar. Comprendiéndolo todo, por supuesto. Y luego a leer un rato. Cogí el libro de Richard Bach "El don de volar". Era realmente maravilloso. Con esas historia me evadía, volaba por todo el mundo e incluso en el espacio con un simple biplano de aquellos años.
Y me acosté sin más y me quedé dormida. Esa noche soñé que volaba sin saber si yo era un chico o una chica. Volaba sin necesidad de nada. Iba al colegio donde todos se me quedaban mirando. Como siempre era un sueño raro y difícil de explicar.
Mi hermano mellizo, Gabi 2, porque le habían puesto también Gabriel pero había nacido el 2º, estaba en un campamento solo para chicos. Yo había querido pasar por un chico pero no pasé. Ya tenía 14 años y, por desgracia, se va notando que era una chica.
Bueno pues pensando en lo que estaría haciendo ahora Gabi 2 me escape al lago. Me encantaba bañarme en él. Y como a esas horas no había nadie por allí, hacía lo que me daba la gana y como quisiera. El caso es que había hecho una noche muy calurosa y el agua estaba templada como a mí me gusta. Y allí me ves, tirándome de cabeza desde la roca grande. Lo sabía hacer desde pequeña porque una me caí, bueno me tiró Gabi 2 y aprendí antes que él.
Par mi edad sabía nadar muy bien a muchas modalidades que me habían ido enseñando los turistas.
De pronto vi que se movía algo entre los matorrales. Ojalá sea un ciervo- pensé- me encantan... Me quedé quieta sin hacer ruido y tan pronto como vi lo que era me sumergí como una nutria. Así estuve cuanto pude resistir. Era Chema. Dios quiera que no me hubiera visto. Y así era porque cuando subí mi cabecita loca no vi a nadie. Así que salí del agua y me vestí enseguida. Otras veces había tomado el sol de la mañana un rato vez no lo hice por si aparecía por aquí otra vez.
No tenía muchas ganas de regresar, así que tomé el camino largo y fui andando poco a poco. Entonces salió de entre los árboles, Chema.
-Hola pequeña Gabi
-¿Qué haces por aquí tan temprano?
-¿Y tú?
-Yo he preguntado primero
-Salí a pescar y me encontré con el animal más bonito de la tierra y me entretuve en observarlo
-¿Qué animal era... ?-comencé a decir
-Nada, nada. Ahora me tienes que contestar tú.
-Pues yo salí también a pasear
-Y que cosa que llevas el pelo mojado
-Es que me di un chapuzón en el lago
-Ah! ya entiendo
Me acompaño hasta el cortijo y hablamos de Gabi 2 y de porque no dejaría ir a las chicas a esos campamentos.
-Esta tarde te lo explico, ¿vale?
-Deacuerdo. Hasta esta tarde entonces
-Hasta luego
Estaba deseando tanto hablar con Chema que ni me di cuenta de que la comida no me gustaba. Por fin vino Chema y le acompañe a hacer la ronda por los alrededores. Chema tenía que vigilar los contornos para que no hubiera cazadores furtivos, ni encendieran ninguna hoguera ni cosas parecidas.
-Bueno, empiezas o no- dije yo cansada de que me hablara de animales, que además ya me sabía y muy bien, por cierto.
-La verdad es que no se como empezar. Las chicas de tu edad ya pueden excitar a los chicos y hasta a los chicos del campamento
-¿Excitar? Pero si solo piensan en jugar...
-Pero olvidas que hay chicos mayores...
***
(Esta tercera parte ya no forma parte de la redacción del cole que hice sino que seguí en mi cuaderno particular dejando volar la imaginación. Mucho por cierto para tener solo 14 años. Los niños ( y más los adolescentes) tienen también su lado sexual, por supuesto. No seguí más allá sino quizá no habría podido ponerlo ya en "Imaginas niña"...Lo del lago es todo un clásico en la literatura...)
***

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