domingo, 18 de enero de 2009

Las aventuras de Dick (2ª parte)

Era un sitio funesto, oscuro y lleno de humedad pues era un bosque muy tupido lleno de pinos y de zarzas que pinchaban como demonios.
Pero por fin se oyó un relincho: ¿sería de Dick? Era tan agudo... Yo nunca había oído a relinchar a un caballo así excepto cuando Pat trajo al mundo a Dick.
Fui como un rayo. No me importaban las zarzas ni los árboles solo quería encontrar a Dick.
Se me llenaron los ojos de lágrimas cuando vi a Dick sufrí de aquella manera y ver lo poco que podía hacer yo para calmar aquella situación.
Dick había caído en una trampa. Yo había oído a los agricultores del lugar hablar de estas trampas tan horrorosas. Eso estaba prohibido, no se podía poner trampas. Además los niños, jugando, podían caer en ellas y romperse un pie una mano o cosas peores.
Banchi de quedó con Dick mientras yo iba a buscar ayuda. Encontré a Jesús, mi hermano, que ya se había dado cuenta de la falta de Dick. Nos apresuramos hacia él. En que llegamos le empezamos a quitar la trampa. Nos costó mucho pero lo conseguimos. Aunque, cuando se la quitamos, Dick se tranquilizó.
-Creo que tiene una pata rota- dijo Jesús.
-Ojalá solo sea una torcedura o una herida - comenté
Lo llevamos a casa entre los dos:
-¡Que suerte! Está el veterinario en casa
El veterinario había venido al cortijo a curar una vaca que teníamos enferma. Ya la había curado y se despedía cuando llegamos con Dick
-Solo es una torcedura y ya le he curado la herida. Dentro de unos días volverá a trotar por el prado.
Denunciamos el hecho y pasada una semana nos enteramos de que habían apresado al trampero. Ya no había peligro gracias a Dios.
***
(Esta 2ª parte forma parte de una redacción que hice para el cole en 8º de E.G.B.
Tiene importancia para mi porque me mandaron leerla en alto. La leí muy orgullosa porque me gustaba como me había quedado. Pero al finalizar la lectura la profesora se quedó callada. Finalmente, muy sería, me acusó de que no había la había escrito yo. Se organizó un debate improvisado en que unos opinaban que sí y otros que no (recuerdo un chico que saltó el primero para defender mi autoría)
Hay que decir en descargo de la insensible profesora que yo era una mala estudiante en casi todas la asignaturas y que resultaba raro que, de repente, hiciera algo que le había parecido tan bueno... pero eso no me lo dijo.
Yo tampoco dije nada. Yo sabía que me la había imaginado y escrito yo solita. Y además que no me había costado ningún esfuerzo hacerlo. todo ese debate me parecía totalmente sin sentido y no sentí la necesidad de defenderme.
Y hasta aquí hemos llegado...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario