viernes, 9 de enero de 2009

Cuento: "La Navidad en que renació la Paz" 1ª Parte



Era Navidad, sí la Navidad del año 2000 –2001; del nombrado y renombrado año 2000.
En el, una pareja de paloma se refugiaba de la nieve en un viejo campanario de una antigua ciudad. En esta celebraban que terminaba el siglo XX y comenzaba uno nuevo, el siglo XXI.
Pero ala pareja de palomas no le importaba eso. Ellos habían sentido el cariño a sus pichoncitos más intenso que ninguna otra pareja. Ahora sus hijos ya tenían una vida separada de ellos y les seguían queriendo.
Entre ellos existía un amor, como no habían sentido nunca otra pareja de palomas. Nunca se vio unas palomas como aquellas. Hasta el punto de que cada criada de polluelos, la sentían igualmente macho y hembra, al igual que las parejas de seres humanos muy unidos: y cada enfermedad, cada pequeño resfriado, la sentían los dos. Las demás palomas se quedaban perplejas al contemplar esto, simplemente no lo entendían.
Bueno, pues la pareja Amis y Dulce, por llamarlos de alguna forma se pusieron a recordar viejos tiempos. Sí, a recordar, porque también recodaban lo que les había pasado en anteriores temporadas, bien frías o calientes.
probablemente eran las palomas con mas memoria e inteligencia de todo el mundo y se lo habían pasado a sus hijos naturalmente pero hasta el momento, ninguno había llegado al nivel de sus padres.
Recordaban cuando se conocieron, precisamente en una Navidad y en ese mismo campanario. Los dos coincidieron al pensar que, seguramente, no habría más criadas de pichoncitos, que aquella seria la ultima.
Recordaron con añoranza la primera criada, sin duda había sido la más temidamente esperada.. La educción de los primeros polluelos no fue tarea fácil.. Entre los dos decidieron que, ante todo les iniciarían en la lucha por la supervivencia y en la mejora de ellos mismos cada día.
Un poco de nieve cayó del alero en el pico de Amis y despertó a la pareja de sus sueños y recuerdos.
De pronto sintieron más jaleo, más inquietud en la gente de allá abajo y empezaron a tocar las campanadas.
Era un sonido hermoso, pero no para quien estuviera allí mismo, en el campanario.
Dulce, asustada, lanzó un chillido como nunca lo hubiera hecho. Amis de asustó y le dirigió una mirada interrogante como si le dijera:
-¿Cariño mio, que te ocurre?
Dulce, al no saber que responder, se apretó más a su pareja.
Seguían tocando las campanadas "Dim, Dom..." Por fin la última campanada sonó y surgió una inmensa luz que inundó todo el campanario. Una luz blanca, brillante, como nunca habían visto. La luz se fue disipando poco a poco y allí mismo, donde se encontraba la pareja apareció un pichoncito. Era como si una porción de aquella luz, hubiera quedado en forma de polluelo. La pareja no sabía que hacer, la gente gritaba y chillaba allá abajo, pero Amis y Dulce ni los oían. Solo miraban perplejos los movimientos de esa palomita llena de plumón brillante. Esta se acercó al ventanal y vio alejarse a una paloma que antes de desaparecer, se posó en le aire, en medio de la luna llena y dijo: "Adiós y suerte" Seguidamente, en un vuelo majestuoso, desapareció en el cielo lleno de estrellas iluminadas por la bella luz de la luna llena. El polluelo miró a sus padres, derramó una lágrima y dibujó una hermosa sonrisa en su pico que hizo que sus padres sintieran un cariño desbordante, como nunca.
El polluelo se acurrucó entre sus padres y se quedó dormido. Seguidamente sus padres también entraron en un profundo y suave sueño.
Ambos soñaron que su polluelo subía unos escalones. Parecía que cada escalón era una cualidad de la pequeña palomita: comprensión, sinceridad, ternura...; como si en cada escalón su color se convirtiera más blanco y más brillante.
Al final de la escalera, un mano le dirigió un rayo que terminó de culminar esa maravilla y una voz majestuosa dijo:
-Ves y haz la Paz.
Y la palomita voló con su plumón brillante a través del tiempo y el espacio hasta llegar al campanario.
Un rayo de sol se filtro en el campanario y despertó a Dulce y Amis. El rayo se reflejaba directamente en el polluelo que ya, en el pensamiento de sus padres, se llamaba "Paz".
También se despertó el pequeño, pero de una manera tan suave y a la vez viva, que parecía que no había estado durmiendo.
Paz se fue a la ventana, pero esta vez no para observar si no que se lanzó como si hubiese algo blando debajo. A los padres se les salió el corazón, pasó por su mente la posible muerte de su pequeño pero sin dudar se lanzaron a salvarlo. Juntaron sus alas para que el polluelo callera en ellas. El polluela parecía carecer de materia, era como si, todo él, fuera de plumón. Cayó suavemente en las alas de sus padres y para sorpresa de ellos, después de unos segundos, se elevó en el aire en un vuelo, aunque sencillo, hermoso y perfecto.













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